Cuando nos acostumbramos a la rutina, nos olvidamos de las personas y cosas fundamentales de la vida y lo vemos como común, lo cual puede ser perjudicial para nuestra vida; pero hay cosas por las cuales debes preocuparte.

Por eso la invitación hoy es:

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• Preocúpate por sentir e intimar con Dios.

• Preocúpate por abrazar y decirle a tu esposa(o) e hijos cuanto les amas.

• Preocúpate por contemplar los paisajes.

• Preocúpate por compartir la Palabra con el perdido.

• Preocúpate por compartir con el necesitado.

• Preocúpate por sacar tiempo para ti.

• Preocúpate por leer y estudiar.

• Preocúpate por impactar.

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La vida pasa, nos envejecemos y vemos que le dedicamos tiempo a cosas materiales y lo que es realmente importante como Dios y la familia se descuidaron y al querer reaccionar ya es muy tarde para recuperar el tiempo mal invertido.

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Cambia la rutina, comienza con agradecer a Dios en todo y sigue con demostrarle amor a la familia.

“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.” Eclesiastés 3:1.